LA PAILLE PERFORMANCE ITINERANTE TOUR DE FRANCE 2019
LAURA CORCUERA (LC) y JULIANA NOTARI (JN)
PARÍS
Durante el 29 y 30 de mayo LC y JN pasean 17h una paca de paja proveniente de Braojos de la Sierra por la ciudad de París, en concreto por los barrios de Barbès-RocheChouart, Goutte D’Or, Chateau Rouge, MontMartre, Gare Du Nord, République y Voltaire.
La paca fue comprada por un ganadero de la sierra norte de Madrid para dar de comer a sus vacas. Después fue regalada para el festival Braojos Tradicional y luego reutilizada para la performance LA PAILLE. La paca de paja es la mitad de la paca original. LC y JN la desmontaron en Madrid para viajar con ella en furgoneta hasta París. La paca pesa entonces entre cinco y seis kilos.
Al final de la tarde del segundo día en París, LC y JN realizan en el Boulevar de La Chapelle una acción de 49 minutos, de 18h11min a 19h. La acción sucede al lado del mercado nocturno de comida del Ramadán.
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Una acción de acciones entre tres. La paja es una terceridad. Y como cualquier cuerpo, materia y lenguaje, la paja está llena de símbolos y de metáforas. Que se lo pregunten al camello.
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Pasear la paja / pasear el pueblo / Pasear la migración / Pasear las relaciones
Pasear la ciudad / Sin importar nada más que la potencia afectiva de la materia
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Sacamos de la furgoneta la paca (o bala) de paja.
Subimos la paca en el ascensor del parking Goutte d’Or.
Salimos por la calle Goutte d’Or.
Bajamos las escaleras hacia el Boulevar de La Chapelle.
Llegamos al punto de encuentro con Eugénie, Kubra, Michelle y la gente del barrio.
El lugar estaba distinto: HABÍA coches por ser día feriado: la ascensión católica y también uno de los últimos días del Ramadán. Faltan cinco para terminar EL RAMADÁN. Pasillo debajo de las vías del metro de la Línea 2.
A la altura del centro cultural Barbara.
Nos sentamos en la paja, las dos en el medio de dos columnas.
Nos levantamos para dejar pasar a tres coches.
Nos sentamos de nuevo para caminar una línea aparentemente recta hasta el comienzo del mercado en Barbés-Rochechouart.
Paseamos la paja en una línea recta, de un punto A a un punto B.
Son 417 pasos humanos de pasillo urbano, boulevard de la Chapelle, París.
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JN
Coloco la paca de paja en mis hombros y me echo a un lado.
Cruzo al otro lado del pasillo.
Dejo la paca de paja en los pies de Laura.
Muevo la paja por el suelo con los pies.
Miro a Laura con la cesta de paja en la cabeza.
Miro el camino con la cesta de paja y el palo.
Saco paja cuando Laura está con las piernas dentro de la paca.
Saco y meto paja en la cesta.
Intento en vano guardar la paja.
Cargo la paja en mis hombros.
Abro la paca de paja y preparo una cama.
Saco la mochila de las espaldas y la engancho en mis piernas.
Cierro los ojos tumbada en la paja.
Laura cubre mi cabeza con la cesta.
Como y respiro paja.
Escucho comentarios del círculo de personas hombres que nos acompaña.
Respiro y siento mis espaldas en la paja.
Me levanto.
Junto toda la paja que puedo y se la llevo a Laura.
Junto más y más paja, y sigo adelante.
Personas hombres me piden paja, yo los miro a los ojos.
Comparto paja y camino.
Dejo rastro.
Escucho y me conecto con la música circular de Eugénie.
Veo grises, verdes-grises y marrones.
Siento mucho olor a hormonas masculinas.
Junto paja en montones.
Voy con paja hasta un árbol. Laura está en otro árbol.
Separo y abro toda la paja que puedo con el palo.
Las personas me preguntan muchas cosas.
Barro el suelo con el palo, arrastro la paja al centro.
Giro con mi cuerpo, palo y paja (Omolu y la presencia del círculo).
Llevo paja a los pies de las personas del círculo que nos sigue.
Giro y bailo dentro y fuera del círculo.
Cubro los pies de Eugénie.
Junto paja y me muevo.
Junto mi panza con la paja y la panza de Laura
Cubrimos nuestras cabezas con la cesta de paja.
Baile, besos, equilibrios, respiración, escucha.
Nos separamos y preparamos una escultura de paja.
Salimos del centro del círculo y nos sumamos al grupo.
Miradas, miradas, miradas.
Grises, verdes, marrones.
Abrazo.
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LC
Me siento en la paca de paja al lado de Juliana.
Me ato una cuerda a la cintura.
Sostengo una cesta de paja con paja dentro.
Vuelco la cesta de paja sobre mi cabeza.
Dejo la cesta en mi cabeza.
Permanezco parada de pie en medio del boulevard sin ver con los ojos.
Juliana me mete paja en el bolsillo de la camisa.
Sostengo un puñado de paja que Juliana me coloca.
Camino hacia delante sin saber qué es delante.
Quito ramas de la paja y las regalo a la gente.
Mucha gente, sobre todo hombres jóvenes, nos miran en círculo y nos siguen.
Empujo con Juliana la paca de paja, dirección mercado.
Pateo la paca de paja.
Juliana me da el palo.
Arrastro palo.
Miro a los ojos de las personas.
Me dejo grabar por muchos móviles.
Me meto en la paca de paja, desde los pies hasta las rodillas.
Guardo equilibrio dentro de la paja.
Postura fetal sobre paja.
Salgo de la paca lentamente por el suelo.
Postura de orar con pies de paja.
Camino a cuatro patas.
Recojo la paja esparcida por el suelo de la calle.
Guardo paja en la cesta de paja.
Reúno toda la paja que puedo una vez abierta la bala.
Cubro con paja el cuerpo de Juliana tumbada en montaña paja.
Hago una escultura con la paja, el palo, la cesta, la cuerda
y el cuerpo de Juliana.
Espolvoreo paja sobre la escultura.
Me coloco la mochila en la espalda.
Me coloco de nuevo la cesta en la cabeza.
Dejo palo sobre cuerpo de Juliana.
Camino hacia atrás con el sonido de flauta de Eugénie y música de vías de metro.
Salto con la cesta en la cabeza y la paja cae al suelo.
Voy a los pies de un árbol del pasillo, entre las columnas y las vías.
Coloco un montón de paja y me siento.
Como paja. Estornudo paja.
Con el cinto del pantalón me agarro al tronco del árbol.
Postura de koala. Salto de pez.
Desciendo a paja con ayuda de chico.
Hablo con Farah que nos conoció el día anterior
Ato manos de Farah con cuerda y paja para ir al árbol de Juliana.
Farah no se deja finalmente. Sus amigos se lo impiden.
Voy al otro árbol sola. Me reúno con Juliana.
Camino con Juliana y la paja.
Farah explica a sus colegas que somos una española y una brasileña investigando la paja. Dice que somos sus amigas.
Me coloco la cesta en la cabeza y me quedo parada de nuevo.
Hombres explican a otros hombres que es una performance y que nosotras somos valientes.
Móviles entran por la cesta mientras la paja cae al suelo.
Juliana entra en cesta de paja.
Besos bajo cesta de paja.
Equilibrios llenos de paja.
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Salimos de la cesta y hacemos un montón grande de paja.
Instalación de paja en medio del boulevard.
Nos alejamos de la forma y nos colocamos junto a lxs otrxs en el círculo.
Lxs niñxs tienen miedo e interés a la vez. Juegan.
Muchas personas nos preguntan si pueden tocar y piden paja.
Una línea matemática para la ternura, la conciencia y el respeto.
Lo aceptamos todo. Jugamos juntas. Abrazo.
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La paille est une matière, un corps. «Paille» est un mot singulier qui porte une signification collective dans sa forme, sa fonctionnalité et son historicité. La paille est un sujet transitoire, migrateur et même omniprésent. Le matériau paille englobe l’être humain sous la forme d’une maison, d’un plafond, d’un murs. La paille enroule les sueurs comme les ventilateurs dans des environnements humides. La paille nous protège également du soleil sous la forme d’un chapeau. La paille peut se transformer en feu et se développer avec d’autres apparences. La paille habite le ventre de la vache qui mange et digère deux ou trois fois. La paille est manipulée dans les différentes parties du monde, elle est malléable, intense et discrète. La paille FU, EST, SERA.
Idée et ejecution: Laura Corcuera et Juliana Notari.
Collaboration sonore: Eugénie Kuffler.
Photos et video: Kubra Khademi.
ESTRASBURGO
El 1 sábado de junio de 2019 empezamos a preparar nuestras acciones en Estrasburgo.
La paja ha mostrado en París su potencia afectiva y otras características relacionadas con la expansión emocional, la memoria, el tiempo y la huella existencial del ser humano, como individuo y comunidad, en relación con la naturaleza. La decepción y la alegría se expresan al mismo tiempo, La paja responde a normas cósmicas que rompen los bordes del lenguaje humano. Aflora una verdad interior. Afectantes y afectadas escribimos en nuestro cuaderno de campo algunas observaciones sobre la paja, algunas frases y gestos que pronuncian personas y otros animales en su encuentro con la paja. Colores salen por los ojos de los mercados de barrio. Las propiedades de este cuerpo-materia animado llamado paja, paille, palha, straw, paglia, qash, stroh, strohalm o wara dibujan un baile aleatorio de materias que son cuerpos. Geometrías sensibles. Corcuera, Notari y la paja. Son Tres. Somos Tres. Somos Tres Millones. Para hacer memoria, huella y camino no necesitamos camello.
El domingo dejamos la furgoneta y hacemos un paseo en bicicleta desde Schiltigheim hasta el Centro Ecuestre des Deux Rives de Strasbourg, en la frontera de Francia con Alemania. La paja rompe fronteras, muros, juicios y clases. En en centro ecuestre pedimos que nos regalen paja. Los tipos que llevan el centro son amables con nosotras y nos dejan coger del hangar la paja que necesitamos. La paja deja su huella, hace camino, allí por donde pasa. No hay duda de esto. Grabamos video-performances entre la yerba verde y la paja dorada. La paja también relincha.
3 de junio 2019. Vamos con la furgoneta hasta el Centro Ecuestre para buscar más paja, diez kilos de paja. Bajo la lluvia separamos la paja del hangar. Laura puede enterrarse en el monte de paja. Juliana se siente frágil a la materia, al polvo acumulado y la manipula con mucho cuidado.
El simple hecho de separar paja para meter en una bolsa lleva a lugares difíciles de describir, a sensaciones fuertes. El material estaba esperando a los caballos, para ser cama o comida. El material nos estaba esperando también a nosotras.
Nuestro interés con esta investigación es poético, quizás transgresor. Ya habíamos probado la provocación que genera la paja con la diversidad humana. Ser y estar en el mundo con el simple hecho de caminar por una ciudad. El lugar de caballos domesticados con tradiciones ajenas a nosotras. ¿Cómo se relacionan los caballos salvajes con la paja? También la comen y la duermen.
En el hangar hay un tractor. Juliana prueba a relacionar su cuerpo con la rueda de tractor y la paja. Habitamos el espacio junto a otras miles de materias que están ahí. El olor primordial de la materia seca, colectiva, acumulada, nómada y migrante. ¿De dónde viene esta paja? La paja es más cara en Francia este año, nos dicen. Esta paja viene de un pueblo a 30km. ¿Cuál es el precio de la paja? ¿Cuál es el valor de la paja en relación a los caballos? ¿Cuál es el valor de nuestra investigación que atraviesa todo eso? Cargamos mucha paja, que se mezcla con amor, ternura, alegría, respiración, contemplación, olores. La paja cobra formas diversas de caminos, cuerpos, procesos y ancestros. Un mundo invisible que no se puede decir con palabras. Salimos del centro afectadas. Lluvia, fluidos de siesta y abismo en los laterales del acontecimiento.
El martes 4 de junio transportamos la paja a la Maison de l’Amérique Latine (MAL), en el centro de la ciudad de Estrasburgo. La introducimos por el pasillo del Café Libro hasta la sala de teatro. Diseñamos el espacio para la performance del día siguiente. Vamos a compartir un laboratorio archivo pajar de juego en la sala de teatro y en el jardín trasero.
5 de junio de 2019. Llegamos a la MAL a las 13h30. Miramos, sentimos y transformamos el espacio. Una sala llena de intimidad que es parte de la historia de Juliana, de momentos vitales duros y creativos. Estar en Estrasburgo con Laura es una vivencia muy fuerte, bonita y llena de delicadezas. Es abrir una puerta más de la vida, quizás presentar una parte más de una familia.
Laura activa espacios rápido. Y muda el jardín y mueve las sillas. La materia paja, tan ligera, tan excluida de la sociedad y del sistema debe cobrar protagonismo. Seria lindo estar con un caballo o dos en el jardín de la MAL.
Después de la pregunta ¿qué hacemos con tantas sillas en una sala? Laura propone un juego entre el plástico negro que se amontonaba en el jardín y los objetos de la sala. Apilamos las sillas de la sala y las cubrimos con el gran plástico. La negritud es bella y huele bien, como en el barrio Château Rouge de París. Hacemos un monte como los paquetes de paja de los campos europeos, como los campamentos del Movimiento de lxs Sin Tierra (MST) de Brasil. Colocamos un proyector escondido que lanzará vídeos de las acciones de París y de Ilhabela en diagonal sobre la pared del escenario convencional. Después de comer y hacer siesta, preparamos una instalación paja colgante que queda por encima de nuestras cabezas. La MAL ya es un pajar para juegos abismales.
Estiramos, nos enrraizamos. Salimos a la calle. Jugamos con paja. Colocamos un cartón con la palabra PAILLE en la puerta del Café Libro de la MAL. Entramos por el café con paja. Las personas empiezan a seguirnos hasta la sala de teatro.
En la sala y el jardín hacemos una partitura de acciones inmediatas durante 55 minutos. Ésta es la lista que recordamos.
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Abrazo y beso iniciático.
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Quietud corporal. Una parte del cuerpo de Laura está enterrada en el monte de plástico.
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Juliana camina muy lentamente por la sala y mueve con los pies la paja del suelo.
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Respiraciones de incomodidad del público, que no sabe qué hacer..
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Juliana mira a todxs a los ojos y mira a Laura, que sigue con la cabeza bajo el monte.
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Juliana amontona paja en el suelo para hacer que las personas se sienten.
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Laura sigue enterrada y hace pequeños espasmos.
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Todas las personas miran las proyecciones como hipnotizadas en una caverna.
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Juliana tira paja en la panza de Laura, que sigue en el suelo.
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Juliana reparte pequeñas porciones de paja y miradas mientras cuelga más paja.
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Laura sale de la raíz del monte, da sus gafas a una chica y amontona paja lentamente.
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La pantalla caverna empieza a perder poder en esta reunión de cuerpos, gente y paja.
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Juliana pide ayuda a Vinicius para colgar paja en los sitios altos a los que no llega.
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Laura coloca paja en un atril de concierto y prepara encima instrumentos de bricolaje.
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Juliana juega con Vinicius a lluvia de paja, las personas miran, sonríen, pero no se mueven.
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Laura busca los ojos de cada persona mientras se desplaza hacia el piano.
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Juliana da una escoba a Sarah, que empieza a barrer concentrada la paja.
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Encuentro de Juliana y Laura, que intercambian paja. Acciones minúsculas.
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Laura coloca en el escenario convencional otro atril con paja e invita a Pablo a tocar el piano. Esparce paja in crescendo.
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Juliana escucha el piano y se emociona. Esparce paja in crescendo.
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Laura da una cámara de vídeo a una mujer y hace un gurruño con el cuerpo que va estirando lentamente en vertical.
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Juliana toma el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española con paja y se lo da a Natalia.
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Laura coge una fusta de caballo y moldea la paja colgante, que empieza a caer sobre su cuerpo como una cascada.
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Juliana mira a los ojos del niño Matisse, que tiene dos años, una mirada de dudas y una pregunta que formula por todas las presentes: Qu’est-ce qui se passe?
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Laura invita a distintas personas a levantarse de la sala y entrar en el jardín que cada vez está más lleno de paja. En la sala, cerca del monte, Laura abraza a una vieja y la sostiene en sus brazos. Le da su reloj a otro viejo que no puede moverse de la silla.
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Juliana entra en el jardín, encuentra a mujeres tumbadas en la paja mirando el cielo. Se echa con ellas y los pájaros. Todo huele mucho a paja.
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Laura invita a un hombre musculoso a jugar con destornilladores y alicates en el primer atril de la sala mientras Pablo sigue tocando el piano. Parece Erik Satie.
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Juliana se levanta e invita a otras personas a tumbarse.
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Laura regala la fusta a Anne, que empieza a jugar con ella.
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Laura y Juliana bailan juntas con la paja. El piano suena y más de 20 personas están tumbadas o sentadas jugando en un pajar al aire libre.
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Laura se pone la cesta de paja en la cabeza.
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Juliana entra en la cesta junto con Laura, esta vez por detrás.
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Juliana juega con sus brazos en el cuerpo de Laura
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Un árbol seco y vivo está detrás de nosotras y empieza a llorar paja.
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Dejan la cesta con paja en el suelo.
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Laura se come un limón y coge un espejo ovalado encontrado en la calle.
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Juliana y Laura, hombro con hombro, se cubren la cabeza con el espejo.
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Desde adentro se ve el reflejo de todos los cuerpos presentes.
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Hay personas en el suelo, sentadas y de pie.
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El piano deja de sonar. Silencio.
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Juliana mira a Laura y piensa en los 6.000 años que se conocen.
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Las dos salen del jardín, cruzan la sala teatral donde la película sigue proyectándose tras el monte negro y la paja colgante se ondula, caminan el pasillo del vecindario, llegan al Café Libro y se besan llenas de paja.
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Laura propone a Ligia, directora de la MAL, que vaya a mirar lo que esta pasando allí.
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Tomamos una cerveza en el Café Libro y volvemos a la sala para hablar con la gente.
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Muchas preguntas, mucha emoción. La paja expresa raíces, memoria e infancia.
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La paja es un hecho, no un deshecho.
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Qué bueno estar en casa y saber que nuestros cuerpos están en movimiento.
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PD. Las gafas de Laura desaparecen en la paja durante la acción y hay una búsqueda colectiva para buscarlas. Aparecen intactas bajo la paja.
6 de junio 2019. Recorrido político de la paja. Maison de l’Amérique Latine (MAL)- Parlamento Europeo – Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Acción para dos cámaras.
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Encontramos a Juliana Vilella de Andrade y Marina Takami en la MAL.
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Llueve y eso limita el trabajo de las cámaras.
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Presencia, riesgo y compromiso.
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Desde la puerta de la MAL empezamos la acción. Cada una con una bolsa de plástico grande llena de paja. Caminamos juntas, una al lado de la otra, por la Rue de la Course.
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Vamos en dirección a la parada del tranvía.
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Laura pregunta a dos mujeres si estamos en la parada correcta para llegar al Parlamento Europeo. La respuesta es afirmativa.
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Entramos las cuatro al tranvía, que está relativamente lleno.
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Nos sentamos las dos frente a frente con las bolsas de paja pegadas al cuerpo, en la ventana, la ciudad francesa de las instituciones europeas. Las personas nos miran discretamente. Hay muchas personas que no levantan la mirada del móvil. Las dos cámaras graban el trayecto desde distintos ángulos.
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Durante todo el viaje, unos 25 minutos, creamos micro juegos entre nosotras, la ventana, la paja y las personas sentadas al lado.
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Bajamos del tranvía y preguntamos a un señor con traje y corbata por dónde se llega al Parlamento Europeo. Señala con el dedo.
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Caminamos en esa dirección. Calle ancha y arbolada.
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Vemos el edificio Parlamento y algunos edificios cercanos de multinacionales.
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Nos paramos ante un árbol y dejamos un poco de paja.
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Lluvia con paja bajo el árbol parlamentario.
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En la entrada del Parlamento preguntamos a las personas de seguridad si podemos entrar con la paja. La respuesta es NO.
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Nos sentamos en unos paneles informativos, con la paja en los pies y el Parlamento detrás. Hacemos una pequeña meditación bajo la lluvia.
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Seguimos nuestro camino hacia el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
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Llueve más. Buscamos un lugar cubierto. Debajo del puente del Parlamento pasa un canal.
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Hay agua, flores, viento, asfalto, el reflejo de los espejos del Parlamento, nuestros cuerpos, las dos cámaras y la paja.
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Empezamos a sacar paja de una de las bolsas de plástico.
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Juliana saca pequeñas porciones de paja y camina una linea recta, ida y vuelta, ida y vuelta. Mira a Laura que juega con la bolsa, la paja y un trozo de cuerda.
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(Re)conocemos el espacio. Hay un carril bici.
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Un señor nos insulta en bicicleta por el desborde de paja en su camino.
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Juliana termina el camino de paja y empieza a frotar paja en la pared del puente.
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Laura tira paja con cuerda al canal y la recoge. Así sucesivamente.
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Juliana piensa en todos los puentes que son las casas no deseadas de muchas personas.
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Este puente frente al Parlamento Europeo es una casa inhabitada. Hay melancolía.
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Laura y Juliana llevan un poco de fiesta a los bordes de la institución hermética.
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Cuerpos en trance, alteración de conciencia. Conciencia de clase. De origen.
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Escuchamos el agua y las respiraciones que se mezclan con el entorno.
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El entorno nos afecta y viceversa. Activaciones para una poética de la ciudad.
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Juliana coge el trozo de cuerda y se acerca al canal. Intenta que la paja sea un animal acuático. Manipula la paja en el agua.
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Laura juega en el camino de paja. Hace rallas y las deshace. Se embadurna.
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Juliana sale del borde del rio y saca trocitos de paja del ojo de Laura.
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La paja expandida, ver la paja en el ojo ajeno. La paja señala la humildad en su existencia.
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Hay mucha paja en el suelo. Tanta que podría entrar en el Parlamento Europeo por las ventanas blindadas de la institución.
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La paja migra, sin problemas. Está en la suela de los zapatos de los europarlamentarios.
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Laura recoge la paja con la cabeza cubierta como un ser no humano.
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Pasan más bicicletas molestas. Un perro sonríe.
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Juliana guarda más paja en las bolsas.
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Laura crea gestualidades repetidas y sincrónicas para recoger la paja .
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Cuerpos disponibles y abiertos, apoyo mutuo por un poco de paja.
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Se miran y siguen el camino hacia el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
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Las cámaras van detrás.
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La cabeza de Juliana está abierta. El corazón de Laura está abierto.
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Siguen la línea arbolada del tranvía. Los raíles dividen la yerba verde fuerte.
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Jugamos con la paja por el camino. Nos paramos en un banco. Estamos un poco cansadas.
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Hablamos con dos hombres que viven en el campo y hoy no quieren ver más paja, quieren ver las instituciones europeas y visitar la ciudad de Estrasburgo.
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Se cruzan muchas personas vestidas de ejecutivas. Parada del tranvía “Droit de L’Homme”.
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Juliana y Laura dejan montoncitos de paja en los asientos de la parada y en las placas inmaculadas con inscripciones que denuncian actos en toda Europa y exigen libertades.
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Llegada a la puerta del Tribunal Europeo de Derechos Humanos con las bolsas de paja.
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Juliana y Laura cuentan a los hombres de seguridad que trabajan en la puerta que tienen un regalo para el Tribunal: un saco de paja. “Somos dos artistas, una española y una brasileña, y queremos dejar aquí esta materia”.
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Un señor simpático nos contesta, tras las vitrinas, que no aceptan regalos.
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Hay un vidrio blindado entre ellas y los derechos humanos.
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Laura y Juliana explican su acción un poco más, pero no pueden aceptar el regalo.
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Nos invitan a enviarlo por correo. Es la única forma de hacerlo entrar.
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Juliana pregunta si es posible regalarle simplemente un poco de esta paja.
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El señor acepta y abre el cajón. Se parece al cajón de los bancos.
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La Paja pasa por el vidrio blindado.
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Nos despedimos.
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Nos dirigios al borde del rio y dejamos todo lo que nos queda de paja, amontonada y rodeada de flores, una ofrenda homenaje a todas las personas que intentaron intentan intentarán pasar por las brechas y grietas del sistema.
GRENOBLE
Es domingo 9 de junio de 2019. Amanece con mucha lluvia en Grenoble. Estamos en una gran casa con ocho personas provenientes de lugares insondables. Desayunamos juntes. Pensamos y comemos al mismo tiempo. En un instante, la materia de la paja es el tema de la mesa. Sacamos el diccionario para saber la diferencia entre paja y hierba en francés. Hablamos de migraciones y violencias. Ingestión y digestión de lo efímero. Es posible vivir en colectivo. Coexistir en la belleza de la diversidad.
Llevamos la furgoneta cargada de paja hasta el centro de Grenoble. Ciudad vacía, pocas personas en la calle después de la lluvia y del festival punk feminista Bad Asstéroïdes en el que hemos participado el día anterior. Sacamos un poco de paja para pasearla en un carrito rojo alemán de compras. Tomamos un helado de chocolate con la paja.
Nos dirigimos hacia la fuente de las Tres Órdenes (Trois Ordres) y jugamos con la paja en el agua. Caminamos con la paja. Encontramos una gran plaza. Es la plaza de Verdun. Escuchamos el lugar, los colores, hacemos el mínimo posible con la paja. Dejamos rastro de la materia nómada por nuestro camino. Esta nublado, aun así la paja brilla. Dejamos un montón de paja en la plaza. Carretera y lluvia, conducimos hasta las viñas Callandras en Denisé, Villefrance, Lyon, donde hacemos una video performance que decidimos mantener inédita durante un lustro. Como algunos vinos en la cuba, nos guardamos esta acción familiar. Al día siguiente partimos hacia Toulouse.
TOULOUSE
11 de junio de 2019. Llegamos a Toulouse. Tenemos muy clara una acción: lavar nuestra ropa y la paja en una lavandería.
Llevamos la paja y la ropa por el centro de Toulouse. Paseamos la paja una ciudad más. Encontramos una lavandería y programamos un lavado de 30 minutos. En una esquina de la calle Maurice Fonvieille, las ropas y las materias pasan por un proceso de limpieza. Un baño de limpia.
La lavadora gira en sentido de las agujas del reloj. Esta performance itinerante gira en muchos sentidos. Observamos en directo cómo nos relacionamos con la paja, en tiempo de espera. Nos grabamos. Hay objetos funcionales muy claros en este espacio. Y nuestros cuerpos se mueven en la poética del cotidiano. Es un viaje que está terminando.
Observamos a las personas que pasan y nos miran. Un hombre entra y pone una lavadora. Mira discretamente el rastro de la paja. La huella en el suelo. No dice nada. Una señora llamada Madeleine entra en la lavandería y nos pregunta si estamos haciendo esta acción dentro de algún festival. Nos pregunta si lo hemos anunciado. No ha dudado del acontecimiento poético. Le sorprende nuestra autogestión. Toma nota de la web de la paja. Nos felicita y se va.
Seguimos aparentemente solas en la lavandería. Las vidrieras del local esquinado devuelven miradas, sonrisas y rabias. La complicidad entre la lavadora y la secadora se materializa echando una moneda más en la máquina.
Inspiradas en el movimiento de la secadora, las manos pasa paja por la cabeza. Movimientos repetidos, incansables. Frecuencias y ondulaciones. Los cuerpos vibran. La ondulación de la paja se une a la secadora y a los latidos del cerebro. El espacio vibra. Los cuerpos vibran. Lavamos y elevamos cabezas con paja. ¿Cuantas presencias cargamos con nosotras en cada movimiento? En cada intención. Entrar con todo el cuerpo. Entrar a la secadora. Ella y la paja. ¿Es posible la fusión con la materia paja? Un giro geométrico. Una llamada al consulado. Un posible casamiento. La paja expresa memoria. Huellas de tiempos. Rastros de la imaginación. El recuerdo. Lo que fue, es, será verdad. Lavado y secado de la limpia. Nos vamos con la paja. Las cámaras de la lavandería han grabado la acción.
Llegamos al restaurante italiano. Comemos antes del ritual final de no acabamiento. Elegimos una encrucijada con forma de chaflán. Ante el edificio antiguo de Telégramme dejamos una escultura de paja en homenaje a Omulu. Paja, jamón, chocolate, cuerpos protegidos. Adrenalina. La policía pasa tres veces, nos observa, pero no se para. No nos paran. Hoy nada puede pararnos. Nos miramos, Laura y Juliana. Notari y Corcuera. Agradecemos. Seguimos el camino de la paja.
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Image: LCGG&JN.